Un ataque con dron atribuido a Estados Unidos contra una instalación portuaria en la costa caribeña marcó un hecho inédito en la política militar reciente de Washington. El operativo, revelado por fuentes a CNN, se da en un contexto de presión directa contra el gobierno de Nicolás Maduro y coincide con acciones paralelas contra embarcaciones ligadas al narcotráfico, lo que ha generado inquietud internacional por una posible escalada regional.
A inicios de este mes, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) llevó a cabo un ataque con dron contra una instalación portuaria en la costa de Venezuela, de acuerdo con fuentes citadas por CNN. Se trataría del primer ataque conocido de Estados Unidos dentro del territorio venezolano, un movimiento que analistas interpretan como un giro significativo en la estrategia de presión impulsada por el presidente Donald Trump.
El objetivo del operativo habría sido enviar un mensaje directo al gobierno de Nicolás Maduro, en medio de un escenario de tensiones diplomáticas, sanciones económicas y acusaciones persistentes relacionadas con el narcotráfico y la seguridad regional. Para especialistas en política internacional, este tipo de acciones elevan el riesgo de confrontación indirecta en el Caribe y América Latina.
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Presión militar y mensaje político
De acuerdo con expertos consultados por medios internacionales, el uso de drones representa una herramienta de bajo costo político interno para Washington, pero con alto impacto simbólico. El ataque no solo refuerza la narrativa de “mano dura” de la administración Trump, sino que también reabre el debate sobre la legalidad y las consecuencias geopolíticas de operaciones encubiertas en territorios soberanos.
Organismos internacionales y analistas independientes han advertido que este tipo de acciones pueden debilitar aún más los canales diplomáticos y aumentar la volatilidad en una región ya marcada por crisis políticas y económicas.
De manera simultánea, el Ejército estadounidense confirmó este lunes un ataque contra otra embarcación presuntamente vinculada al narcotráfico en el océano Pacífico oriental. En esa operación murieron dos personas, elevando a al menos 107 el número de fallecidos en acciones contra supuestas “narcolanchas” durante la actual administración.
Según el gobierno de Estados Unidos, estas operaciones buscan frenar el tráfico de drogas hacia Norteamérica. Sin embargo, organizaciones defensoras de derechos humanos y expertos en seguridad han expresado preocupación por el aumento de la violencia y la falta de transparencia en este tipo de intervenciones
La combinación de ataques con dron y operativos navales refuerza la percepción de una estrategia más agresiva en la región. Países vecinos observan con cautela el desarrollo de estos acontecimientos, ante el temor de que se genere un efecto dominó que complique la estabilidad en América Latina.
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