La princesa Amalia, heredera al trono neerlandés, comenzó su preparación como reservista en las Fuerzas Armadas, convirtiéndose en la primera mujer de la Casa Real de Países Bajos en iniciar un servicio de este tipo. Según el Servicio de Información del Gobierno, por decreto real ha sido nombrada marinera de tercera clase en la Marina Real y soldado de tercera clase en el Ejército de Tierra y la Fuerza Aérea. Su instrucción se enmarca en el programa Defensity College, diseñado para estudiantes universitarios y que combina formación académica con prácticas en distintas áreas del Ministerio de Defensa durante un máximo de tres años.
La hija mayor de los reyes Guillermo Alejandro y Máxima de Países Bajos inicia esta etapa con clases teóricas y un puesto como estudiante en prácticas en el Estado Mayor de Defensa. La fase básica de instrucción militar, que contempla ejercicios en el terreno, se ha pospuesto debido a que todavía se recupera de una fractura en el brazo sufrida tras caer de un caballo en junio. Una vez completada esa etapa, está previsto que reciba el rango de cabo. Aunque no se ha definido si seguirá una carrera militar tras la formación, el programa le permitirá integrarse como reservista o desempeñar otras funciones dentro de la defensa.
El Defensity College tiene como objetivo acercar a la sociedad civil con las Fuerzas Armadas, ofreciendo experiencia militar y profesional a universitarios durante un periodo de hasta tres años. En este esquema, Amalia deberá cumplir los mismos requisitos que cualquier otro estudiante. “Es un camino duro, no hay que subestimarlo”, explicó la mayor Petra Geijteman, subcomandante del programa, en declaraciones a la televisión pública NOS. El carácter de la formación es principalmente educativo y no se prevé que la princesa sea desplegada en escenarios de conflicto.
La Casa Real aclaró que la actividad será de carácter no remunerado y que su participación se enmarca en el desarrollo personal y profesional de la heredera, considerándose parte de su vida privada. Su incorporación representa un hecho inédito para la familia real neerlandesa, ya que es la primera mujer de la dinastía en integrarse en un esquema castrense formal. El monarca Guillermo Alejandro, cuando era príncipe, cumplió con el servicio militar obligatorio vigente en su época, aunque al asumir el trono renunció a sus rangos militares por disposición constitucional.
La decisión de Amalia refuerza la conexión de la realeza con las instituciones militares en Países Bajos y marca un precedente en la historia de la familia real. Su formación no solo la acerca a la vida castrense, sino que también la sitúa en una posición singular al ser pionera en una tradición que hasta ahora había estado reservada únicamente a los hombres de la Casa Real.