El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el inicio de una investigación a gran escala sobre las importaciones de muebles procedentes de distintos países, con el objetivo de establecer nuevos aranceles que podrían transformar el mercado internacional de este sector. Según detalló el mandatario, la pesquisa concluirá en un plazo de 50 días, momento en el que se definirán las tarifas que deberán aplicarse a los productos que ingresen a la nación norteamericana.
Trump afirmó que esta medida busca reactivar la producción de muebles en estados como Carolina del Norte, Carolina del Sur y Michigan, regiones con tradición en esta industria que han enfrentado una reducción significativa de empleos debido a la competencia internacional. El presidente recalcó que su intención es devolver la fuerza a la manufactura estadounidense y disminuir la dependencia de bienes provenientes del extranjero.
De acuerdo con cifras del Banco Mundial, los principales exportadores de muebles hacia Estados Unidos son México, Canadá, China, Alemania e Italia. Durante 2023, México lideró la lista al enviar productos por un valor de 18.67 millones de dólares, lo que representó el 4% del total. Este escenario coloca a México en una posición particularmente sensible ante las decisiones de Washington, ya que cualquier incremento en los aranceles afectaría directamente a su industria exportadora.
La iniciativa forma parte de una estrategia comercial que Trump ha promovido desde su regreso a la Casa Blanca, centrada en el discurso de proteger la industria nacional. En varias ocasiones, el mandatario ha vinculado estas medidas con el combate a prácticas ilegales, como el tráfico de drogas, aunque expertos advierten que su aplicación tiene un trasfondo más económico que de seguridad.
No obstante, el anuncio ha generado preocupación en diversos países y en sectores comerciales internacionales, pues un aumento de aranceles podría provocar un encarecimiento de los muebles para los consumidores estadounidenses y tensiones en las relaciones bilaterales con sus principales socios. Analistas señalan que este tipo de medidas pueden fortalecer a corto plazo algunas industrias locales, pero también conllevan riesgos de represalias comerciales que impactarían en otros rubros económicos.
La comunidad internacional permanece atenta a los próximos pasos de la administración estadounidense, en espera de conocer las tarifas definitivas que podrían marcar un nuevo capítulo en las políticas de comercio exterior del país.