El ejército israelí interceptó en aguas internacionales el barco Handala, operado por la Coalición de la Flotilla de la Libertad, que transportaba ayuda humanitaria con destino a Gaza. En la operación fueron detenidos 21 activistas y periodistas de diversas nacionalidades, y se confiscó la totalidad del cargamento, compuesto por fórmula para bebés, alimentos, pañales y medicamentos.
La coalición denunció que la interceptación fue “violenta” y que las fuerzas israelíes cortaron las comunicaciones y las cámaras del barco antes de abordarlo, cuando aún se encontraba a más de 40 millas náuticas de la costa palestina. Posteriormente, la embarcación fue trasladada al puerto israelí de Ashdod.
Organismos internacionales y defensores de derechos humanos han condenado el operativo. El grupo legal Adalah advirtió que la acción viola el derecho internacional, ya que el barco no ingresó a aguas territoriales israelíes ni tenía intención de hacerlo, pues se dirigía a territorio reconocido como parte del Estado de Palestina.
Entre las personas detenidas hay ciudadanos de al menos diez países, incluidos siete estadounidenses, dos italianos, dos españoles y dos australianos. Los gobiernos de varios de estos países han solicitado explicaciones y acceso consular, mientras que algunas de las personas detenidas han iniciado una huelga de hambre en protesta.
La Marina israelí ya había interceptado en semanas recientes otros barcos de ayuda humanitaria operados por la misma coalición. El Madleen, que transportaba a la activista Greta Thunberg, también fue retenido; mientras que el buque Conscience fue inutilizado por drones cerca de Malta.
La operación ha intensificado las críticas internacionales contra Israel por las severas restricciones impuestas a la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, donde organizaciones humanitarias advierten sobre una creciente crisis alimentaria y sanitaria en la población civil.


