El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tomó la decisión de remover al general Timothy Haugh como director de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés), una medida que ha generado inquietudes sobre la estabilidad en áreas clave de inteligencia y ciberseguridad. La destitución, que también afectó a Wendy Noble, subdirectora de la NSA, fue confirmada por fuentes cercanas al gobierno federal la noche del jueves.
Haugh, quien también encabezaba el Mando Cibernético estadounidense y era reconocido por su trayectoria no partidista dentro de las Fuerzas Aéreas, fue sustituido por William Hartmann, quien asume el cargo de manera interina. La subdirección quedó provisionalmente en manos de Sheila Thomas, anteriormente directora ejecutiva de la misma agencia.
La decisión ha sido duramente criticada por legisladores, especialmente por el senador demócrata Mark Warner, vicepresidente del Comité de Inteligencia del Senado, quien expresó su preocupación en un comunicado. Warner cuestionó cómo la salida de un alto mando experto en ciberseguridad contribuye a fortalecer la protección nacional, especialmente tras incidentes como el ataque Salt Typhoon, atribuido a hackers chinos y considerado el mayor ciberataque contra las telecomunicaciones estadounidenses.
Hasta el momento, ni el Departamento de Defensa ni la Casa Blanca han emitido declaraciones oficiales sobre las razones del cambio. Según fuentes citadas por medios como The Washington Post, la salida de ambos funcionarios podría estar relacionada con la intención del mandatario de rodearse de figuras afines a su visión política.
Desde el avión presidencial Air Force One, Trump declaró que su administración está dispuesta a remover a cualquier funcionario cuya lealtad esté en duda o no comparta sus objetivos, reforzando así su política de control interno en áreas estratégicas.