Una misión arqueológica egipcio-británica ha logrado un descubrimiento significativo: la tumba de Tutmosis II, el último sepulcro perdido de la dinastía XVIII de Egipto, que se encontraba intacto hasta ahora. Este hallazgo es el primero de su tipo en los últimos cien años, después de la famosa tumba de Tutankamón en 1922, y fue anunciado por el Ministerio de Antigüedades de Egipto el 19 de febrero.
La tumba fue localizada durante las excavaciones en el sepulcro número C4, en el valle del Monte Tebas, al oeste de Luxor, a unos 2.4 kilómetros del Valle de los Reyes. Durante la temporada de excavaciones de este año, los arqueólogos encontraron nueva evidencia que confirma la identidad del propietario de la tumba: el rey Tutmosis II, quien gobernó Egipto en el siglo XV a.C. La investigación también reveló que la famosa reina Hatshepsut, esposa y media hermana de Tutmosis II, fue la encargada de llevar a cabo los rituales funerarios.
Los fragmentos de vasos de alabastro encontrados en el sepulcro, decorados con inscripciones del nombre de Tutmosis II y Hatshepsut, corroboran la relación entre ambos. El diseño arquitectónico de la tumba es sencillo, un estilo característico de las tumbas reales de Egipto durante esa época. El hallazgo incluye un corredor cubierto con yeso blanco que conduce a una cámara funeraria situada a 1.4 metros por encima del nivel del suelo. Este diseño sugiere que el sepulcro se utilizó para el transporte del contenido funerario, incluido el cuerpo del rey.
Este descubrimiento arroja nueva luz sobre las prácticas funerarias de la dinastía XVIII y abre un nuevo capítulo en el estudio de la arqueología egipcia.


                                    