La Fiscalía General de la República (FGR) presentó más de 50 mil solicitudes a autoridades estadounidenses entre 2022 y 2023 para rastrear armas empleadas en delitos en México. Sin embargo, según la ATF, estas solicitudes representan solo una fracción de las aproximadamente 200 mil armas que se estima son traficadas anualmente desde Estados Unidos hacia México. Este flujo ilegal alimenta la violencia en el país, con datos que muestran que el 74 % de las armas rastreadas entre 2017 y 2021 provenían del país vecino.
El informe publicado el 8 de enero señala que muchas de las armas empleadas en delitos en México provienen de tiendas con licencias en estados como Texas, Arizona, Nuevo México y California. Además, traficantes transnacionales explotan canales criminales para desviar armas del comercio legal, replicando patrones utilizados por traficantes domésticos. Entre las armas más recuperadas en México destacan la Glock 9mm, el rifle Century Arms 7.62mm y la Taurus 9mm, muchas adquiridas en tiendas con licencia o casas de empeño en Estados Unidos.
Las armas de origen estadounidense son recuperadas con mayor frecuencia en estados fronterizos como Sonora, Chihuahua, Baja California, Tamaulipas y Nuevo León. No obstante, los datos reflejan que este problema abarca prácticamente todo el territorio mexicano. Los principales canales de tráfico identificados incluyen rutas entre Texas y Tamaulipas, Texas y Chihuahua, y Arizona y Sonora, evidenciando un sistema bien establecido para el contrabando de armas.
El informe también subraya diferencias significativas en el uso de armas entre México y Estados Unidos. En México, los rifles representan un tercio de las solicitudes de rastreo, mientras que en Estados Unidos predominan las pistolas con un 74 %. Además, el tiempo promedio entre la compra y el uso del arma en delitos es mayor en México (5.4 años) que en Estados Unidos (2.9 años), lo que revela características distintas del tráfico de armas entre ambos países.