El gobierno sirio ha informado este martes sobre la muerte de decenas de supuestos “terroristas” durante nuevos ataques aéreos coordinados con Rusia, llevados a cabo en las provincias de Idlib y Hama. Estos bombardeos se consideran una represalia por la ofensiva lanzada la semana pasada por grupos rebeldes y yihadistas en Alepo, que obligaron a las fuerzas del régimen a retirarse.
Según el Ministerio de Defensa sirio, los ataques han causado múltiples bajas entre los combatientes de los grupos armados, además de destruir equipo militar, incluido armamento pesado. Los bombardeos han sido dirigidos principalmente contra Hayat Tahrir al Sham (HTS), uno de los principales grupos insurgentes de la región.
En paralelo, la coalición rebelde que incluye a HTS y a facciones apoyadas por Turquía, informó sobre la muerte de aproximadamente 50 soldados del régimen sirio en nuevos enfrentamientos en la provincia de Hama. Hasán Abdulghani, comandante rebelde, destacó que los ataques continúan y que las fuerzas opositoras han logrado avances en varias áreas de la región, especialmente en las afueras de Hama, a pesar de las fuertes resistencias del régimen.
Por otro lado, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos reportó intensos combates en Hama y señaló que HTS está intentando avanzar hacia Salamiya, con el objetivo de interrumpir las rutas de suministro del ejército sirio. Este grupo rebelde ha logrado tomar varias localidades, incluidas Taibat al Imam y Halfaya, aunque las autoridades sirias no han reconocido pérdidas territoriales.
Mientras tanto, Hadi al Bahra, presidente de la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición y la Revolución Siria (CNFORS), reiteró que la ofensiva continuará hasta que el gobierno de Bashar al Assad participe plenamente en el proceso político de acuerdo con la resolución 2254 de la ONU. Al Bahra también subrayó que la comunidad internacional debe intervenir para reiniciar el proceso de paz y la creación de un gobierno de transición en Siria.