El Congreso de Corea del Sur aprobó por unanimidad la resolución para levantar la ley marcial, restableciendo el control civil en el país. Con el apoyo de los 190 legisladores presentes, esta decisión pone fin al estado de emergencia decretado por el presidente Yoon Suk Yeol, quien había otorgado poderes extraordinarios a los militares tras acusar a la oposición de ser una amenaza para la nación.
La medida fue recibida con alivio por amplios sectores de la sociedad, que criticaron la ley marcial como una violación a los principios democráticos. Durante su implementación, se suspendieron las actividades del Congreso, se restringieron las protestas y se limitó la libertad de prensa, lo que generó una fuerte presión tanto nacional como internacional para revertir la decisión.
Con la restauración del control civil, los legisladores subrayaron la importancia de respetar la constitución y fortalecer las instituciones democráticas. Líderes opositores y ciudadanos en Seúl celebraron el fin de una medida que consideraron autoritaria y contraria a los valores que Corea del Sur representa en la región. Las protestas ahora tendrán un canal legítimo para expresar el descontento.
Aunque el levantamiento de la ley marcial marca un triunfo para la democracia, la crisis deja preguntas abiertas sobre el futuro político del presidente Yoon y las tensiones entre el Ejecutivo y la oposición. Analistas advierten que el desafío inmediato será recuperar la confianza pública en el gobierno y garantizar que situaciones similares no se repitan.