La OTAN ha confirmado el inusual despliegue de tropas norcoreanas en la región de Kursk, Rusia, lo que ha generado preocupación en el contexto de la guerra en Ucrania. La información fue revelada por el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en una conferencia con funcionarios surcoreanos, donde se dio a conocer que aproximadamente 10,000 soldados norcoreanos están estacionados en Kursk, una zona cercana a las posiciones defensivas ucranianas.
Según el Pentágono, los soldados norcoreanos están siendo entrenados en territorio ruso, lo que sugiere una alianza estratégica y militar entre Corea del Norte y Rusia. Rutte calificó la medida como una “violación de las resoluciones de la ONU” y un reflejo de la “desesperación de Putin” ante las pérdidas acumuladas en Ucrania, que, según estimaciones, superan las 600,000 bajas rusas entre muertos y heridos.
Corea del Norte, por su parte, defiende su derecho a apoyar a Rusia, a la que considera un aliado, afirmando que la presencia de sus tropas es legítima. En Washington, la Casa Blanca ha programado reuniones esta semana para analizar las posibles repercusiones de la intervención norcoreana en el conflicto.
El incremento de la cooperación militar entre Rusia y Corea del Norte se suma a la creciente tensión en Europa del Este y plantea nuevos desafíos para los aliados de Ucrania, que evalúan las implicaciones estratégicas de este despliegue. La comunidad internacional sigue de cerca estos movimientos, anticipando posibles respuestas que podrían alterar el rumbo del conflicto.