El Papa Francisco llevó a cabo hoy una significativa reunión con el clero de Indonesia, el país con la mayor población musulmana del planeta. Durante su encuentro, el Pontífice hizo un llamado enfático a evitar la imposición de creencias religiosas y la confrontación entre distintas fes. Francisco, quien llegó el martes a Yakarta como parte de su gira por Asia y Oceanía, visitó la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, ubicada en la plaza Merdeka, justo frente a la mezquita Istiqlal. Esta visita subrayó el espíritu de convivencia interreligiosa en Indonesia, donde el Papa saludó afectuosamente a los niños que habían participado en una presentación frente al templo.
En Indonesia, los católicos constituyen solo el 3.1% de la población de 270 millones de personas, ubicándose como la tercera mayor comunidad católica en Asia, después de Filipinas y China. En contraste, el 89.4% de los indonesios profesa el islam.
El Papa dirigió su mensaje principalmente a los representantes de la Iglesia católica del país, incluyendo a los 50 obispos y numerosos religiosos presentes. Francisco les animó a promover una convivencia marcada por el respeto y la humanidad, enfocándose en ayudar a los más necesitados con un espíritu de sobriedad y caridad. Subrayó que la verdadera esencia de anunciar el Evangelio radica en compartir la alegría del encuentro con Cristo sin imponer ni contraponer creencias, sino siempre con respeto y fraternidad.
Además, instó a la Iglesia a mantener una postura de apertura y amistad hacia todos, actuando como profetas de comunión en un mundo que parece inclinarse hacia la división y el conflicto. El Papa también llamó a la Iglesia, que gestiona una red significativa de hospitales, ambulatorios, orfanatos y escuelas, a practicar una compasión auténtica. Esta compasión, según Francisco, debe ir más allá de simples actos de limosna y debe manifestarse en un verdadero acercamiento y apoyo a las aspiraciones y necesidades de los demás.
En su discurso, Francisco también reconoció la valiosa labor de los catequistas, afirmando que son fundamentales para la misión de la Iglesia. Finalmente, les pidió que rezaran por él, con un toque de humor, sugiriendo que lo hicieran a favor y no en contra.