Después de aceptar que el atentado contra el aspirante presidencial Donald Trump, quien se encontraba bajo protección del Servicio Secreto de la Estados Unidos, la directora de este cuerpo de seguridad, Kimberly Cheatle, ofreció su inmediata renuncia, la que fue aceptada por el presidente Joe Biden quien se comprometió clarificar el ataque contra su contrincante electoral.
A través de un comunicado difundido por la Casa Blanca, el primer mandatario americano establece: “La revisión independiente para llegar al fondo de lo ocurrido el 13 de julio continúa y espero evaluar sus conclusiones. Todos sabemos que lo que pasó ese día nunca volverá a suceder. A medida que avanzamos, le deseo a Kim todo lo mejor y planearé nombrar un nuevo director pronto”.
Previamente, todavía como directora del Servicio Secreto Cheatle acudió a una audiencia con legisladores ante quienes reconoció que el intento de asesinato del expresidente Donald Trump el 13 de julio “es el fracaso operativo más significativo del Servicio Secreto en décadas” asumiendo por ello toda la responsabilidad, ante lo que fue un evidente fallo de seguridad al más alto nivel. Ante lo cual un grupo de legisladores pedía su inmediata remoción.
Por su parte el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas se pronunció tras la renuncia reconociendo los años que Kimberly Cheatle “ha dedicado su carrera al servicio público…ha servido en el Servicio Secreto durante más de 29 años, ascendiendo de rango gracias a su talento, trabajo duro, dedicación desinteresada a la misión e integridad” dijo.
James Comer, presidente republicano del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes aseguró que no es suficiente la remoción, por lo que se manifestó por seguir de cerca los trabajos del Servicio Secreto, encausando una revisión completa de cómo ocurrieron estos fallos de seguridad para que el caso del atentado se clarifique lo más pronto posible.
