El gobierno francés ha trasladado en autobuses a miles de personas sin hogar que han migrado al país, enviándoles fuera de París antes de los Juegos Olímpicos. Los migrantes informaron que les prometieron vivienda en otro lugar, pero terminaron viviendo en calles desconocidas lejos de su hogar o enfrentando una posible deportación.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha asegurado que los Juegos Olímpicos destacarán la grandeza del país. Sin embargo, la Villa Olímpica se construyó en uno de los suburbios más pobres de París, donde miles de personas residen en campamentos callejeros, refugios o edificios abandonados.
“Nos expulsaron a causa de los Juegos Olímpicos”, dijo Mohamed Ibrahim, de Chad, quien fue desalojado de una fábrica de cemento abandonada cerca de la Villa Olímpica. Luego se trasladó a un edificio vacío al sur de París, del cual la policía desalojó a los residentes en abril. Un autobús los llevó dos horas al suroeste, a un pueblo en las afueras de Orleans.