El anuncio de que Bad Bunny, rapero y cantante puertorriqueño, encabezará el espectáculo de medio tiempo del próximo Super Bowl ha generado controversia, especialmente entre sectores conservadores en Estados Unidos. Se trata de la segunda ocasión consecutiva en que la Liga Nacional de Futbol Americano (NFL) selecciona a un artista considerado “polémico” por parte de su audiencia.
De Kendrick Lamar a Bad Bunny: la NFL entre arte y política
En el Super Bowl LIX, celebrado en febrero, Kendrick Lamar fue criticado por incorporar simbolismos políticos sobre la desigualdad y el racismo en Estados Unidos, con la presencia del entonces presidente Donald Trump entre los asistentes. Ahora, la atención se centra en Bad Bunny, quien ha sido más directo al expresar su oposición al exmandatario republicano.
En 2024, el artista respaldó a Kamala Harris durante su campaña presidencial contra Trump, compartiendo un video en el que la vicepresidenta criticaba la gestión del huracán María en Puerto Rico. También reaccionó en redes sociales tras los comentarios del comediante Tony Hinchcliffe, quien en un mitin de Trump en Nueva York se refirió a la isla caribeña como “una isla flotante de basura”.
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Posturas y críticas del artista
Bad Bunny, cuyo nombre real es Benito Antonio Martínez Ocasio, ha manifestado que sus críticas nacen de un sentido de justicia hacia su tierra natal. En entrevistas explicó que evitó incluir a Estados Unidos continental en su gira 2025-2026 por temor a que el Servicio de Inmigración (ICE) pudiera realizar redadas en los conciertos. “No iba a poner en riesgo a mis fans”, aseguró.
Además, su sencillo NUEVAYoL abordó de manera explícita políticas de Trump y rindió homenaje a Puerto Rico, reforzando su imagen como un artista que entrelaza música y activismo social.
NFL y controversias culturales
La NFL no es ajena a estas polémicas. En 2016, Colin Kaepernick, mariscal de campo de los 49ers, inició un debate nacional al arrodillarse durante el himno como protesta contra la brutalidad policial. Ahora, con Bad Bunny, la liga vuelve a situarse en el centro de la conversación cultural y política de Estados Unidos.
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