Luis Ángel Nicolás Santos, exdirector de Seguridad Pública en el municipio de Tlatlaya, fue condenado a 50 años de prisión por el delito de secuestro exprés. La sentencia fue dictada por un juez en Almoloya de Juárez, tras confirmarse su responsabilidad en un caso ocurrido el 21 de agosto de 2024. Su captura fue resultado de la Operación Enjambre, una estrategia impulsada por el Gobierno del Estado de México para combatir redes criminales infiltradas en corporaciones municipales.
Según la investigación, el exfuncionario interceptó a dos personas que transportaban bebidas alcohólicas en la carretera Tlatlaya-Cerro del Campo, a la altura del paraje Puerto Frío. Mediante el uso de la fuerza, los obligó a descender del vehículo. Poco después, otros sujetos armados y con vestimenta tipo militar —presuntamente miembros de un grupo delictivo de Michoacán— se unieron a Nicolás Santos para privar de la libertad a las víctimas y despojarlas de la mercancía.
La denuncia de los afectados activó una indagatoria por parte de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, lo que derivó en la emisión de una orden de aprehensión contra el exjefe policiaco. Fue detenido en septiembre de 2024 como parte de un operativo conjunto entre autoridades estatales y federales.
La Operación Enjambre, que sigue en curso, ha derivado en la detención de al menos 60 personas vinculadas al crimen organizado, incluyendo mandos de seguridad como los directores de policía de Acambay, Aculco y el comisario de Coatepec Harinas. Las autoridades han documentado vínculos de estos funcionarios con cárteles originarios de Michoacán y Jalisco, así como reuniones con líderes como “El Fresa”.
