El inicio de los nuevos periodos municipales en el Estado de México ha estado marcado por incidentes en al menos dos ayuntamientos. A pesar de ello, el gobierno estatal, liderado por la gobernadora Delfina Gómez, ha reafirmado su compromiso con la estabilidad política y social mediante acciones concretas como el “Operativo Enjambre”. Esta estrategia busca fortalecer la seguridad y garantizar la gobernabilidad en el territorio mexiquense.
En el municipio de Temoaya, la tensión escaló cuando habitantes exigieron la dimisión de dos regidores, uno del Partido del Trabajo (PT) y otra del Partido Verde Ecologista de México (PVEM). Ambos fueron obligados a presentar su renuncia bajo amenazas y agresiones, según denuncias interpuestas ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM). Por su parte, la delegación estatal del PT condenó estos actos, reiterando su postura en favor del respeto a la ley y los derechos humanos.
En Luvianos, habitantes rechazaron al alcalde del PT, Edder Jaimes, acusándolo de irregularidades electorales y de perpetuar una “dinastía política”. La toma del Palacio Municipal derivó en la suspensión de servicios públicos, intensificando el descontento. Los inconformes exigen elecciones extraordinarias y han llevado sus demandas a autoridades estatales y federales.
A pesar de estos desafíos, Horacio Duarte, secretario general de Gobierno, destacó que los conflictos han sido aislados, subrayando que la mayoría de los municipios iniciaron sus administraciones sin contratiempos significativos. Además, la administración estatal ha mantenido un diálogo constante con los municipios afectados, reafirmando su disposición para mediar y resolver las controversias en el marco de la legalidad.
El gobierno estatal ha instado a las comunidades a privilegiar el diálogo y evitar la violencia como mecanismo para resolver diferencias, reafirmando su compromiso con una gobernanza cercana y efectiva.