Este lunes, el Estado de México se vio afectado por una serie de bloqueos en diversas autopistas, llevados a cabo por la Unión de Transportistas de Unidades de Transporte de Personal y Organizaciones de Taxistas del municipio de Jilotepec. La protesta, que comenzó a las 5:30 de la mañana, paralizó el tráfico en puntos clave de la región, causando una significativa interrupción en la movilidad.
Los transportistas decidieron tomar estas medidas extremas tras meses de denunciar, sin éxito, presuntos casos de extorsión y abuso de autoridad por parte de diversas instancias gubernamentales. En un comunicado emitido días antes, los líderes del gremio exigieron una respuesta inmediata de la gobernadora Delfina Gómez, a quien acusaron de no intervenir en los casos que han afectado gravemente a sus agremiados. Además, hicieron un llamado al fiscal general del Estado, José Luis Cervantes, para que se involucrara en las investigaciones relacionadas con los delitos denunciados, incluyendo la quema de unidades.
La principales afectaciones se presentaron en la autopista México-Querétaro, en la Arco Norte, la Atlacomulco-Toluca, Caseta de Cobro de Tepotzotlán y la Autopista México-Querétaro
Uno de los puntos más críticos señalados en el comunicado fue la falta de acción por parte del presidente municipal de Jilotepec, Rodolfo Nogués Barajas. Según los transportistas, Nogués Barajas no solo ha ignorado sus demandas, sino que también ha utilizado la fuerza pública para desalojarlos de sus bases. Esta situación ha generado un ambiente de tensión, especialmente entre los trabajadores de empresas transnacionales que dependen del transporte para llegar a sus lugares de trabajo.
La protesta dejó en evidencia la desesperación de los transportistas por ser escuchados y por obtener soluciones concretas a sus problemas. Sin embargo, hasta el cierre de esta nota, las autoridades estatales no habían dado una respuesta oficial, dejando en incertidumbre el futuro de las negociaciones.