La nave Peregrin One, que transporta la Misión Colmena de la UNAM, no pudo llegar a la Luna debido a una fuga de combustible, que durante el vuelo terminaría desintegrándose en la atmósfera terrestre este jueves. Astrobotic, la ‘start-up’ que diseñó el dispositivo, posicionó el módulo de aterrizaje “para un reingreso controlado” sobre las aguas del Pacífico Sur, indicó la compañía el día jueves 18 de enero en la red social “X”.
El fin de semana anunció que había tomado la “difícil decisión” de mantener una trayectoria que dirigiera el módulo de aterrizaje hacia la Tierra. “No creemos que el reingreso de Peregrine represente ningún riesgo para la seguridad y la nave se quemará en la atmósfera de la Tierra”, señaló. A pesar del inconveniente, el Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM señaló en su cuenta de X que Colmena fue encendida y operada en el espacio profundo, a una distancia equivalente a la órbita lunar, a más de 10 veces la órbita de los satélites geoestacionarios, logrando así un éxito del 75% en sus objetivos originales.

