Debido a los conflictos que se generaron, Texas movió la barrera de boyas en el Río Bravo más cerca de territorio estadounidense, en un momento en que los gobiernos de Estados Unidos y México, protestan contra la medida autorizada por el gobernador del estado, el republicano Greg Abbott, con la finalidad de que los migrantes no entren al país. Este reposicionamiento se llevó a cabo un día antes de que se llevará a cabo una audiencia sobre el muro flotante y así evitar repercusiones legales.
Debido a que de acuerdo con el Departamento de Justicia, interpuso una demanda contra el estado bajo el argumento de que la barrera podría repercutir en las relaciones con México y representar riesgos humanitarios y ambientales, aunado a esto la muerte de tres migrantes que perdieron la vida a causa de este muro.